domingo, 4 de enero de 2009

Navidades Justicialistas


Hace unos días, nuestra presidenta anunció, entre los muchos anuncios que hace últimamente, un paquete de canastas navideñas con precios populares, destinadas a que todos los argentinos, peronistas y no tanto, puedan acceder al pan dulce y a la sidra que les corresponde por derecho.
Lo que Cristina no dijo -acaso no supiera- es que estas fiestas se cumplen 61 años desde que yo, Juan Domingo Perón, inauguré la tradición de la canasta navideña que hoy se celebra en todo el país.
Hasta 1947, estos eran ítems de lujo. El panetonne, originario de Milán, sólo era consumido por algunos sectores de la colectividad italiana, mientras que la sidra era una bebida exclusiva de los más pudientes inmigrantes españoles.
Sidra Perón y Evita Como bien explica Noemí Cohen en la última edición de Miradas al Sur, se me ocurrió repartir estos manjares entre las clases bajas para que pudieran festejar la navidad como sólo podían hacerlo, hasta entonces, los que tenían un mejor pasar. Claro que también instalé el aguinaldo, pero esa es otra historia.
¡Jo jo jo jo, Feliz Navidad! ¡Para vos, Papanuel!
En ese entonces me acusaron de demágogo y populista, lo cual fue un orgullo para mí. Poco les importó a quienes pudieron degustar la Navidad por primera vez. Lo mismo le ocurre, 60 años después, a la Presidente. Aunque populismo es lo que a este Gobierno le falta: descontarle miles de pesos de impuestos a los que más ganan, al sacar la tablita y a la vez darle sólo 150 pesos a los beneficiarios de planes sociales no es un ejemplo de justicia social.
Que no nos prive eso de celebrar.


El 24 pueden venir a brindar todos a San Vicente, en memoria de tiempos mejores. Con sidra y pan dulce, claro.

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